sábado, 15 de septiembre de 2012

Dejémonos de tonterías

22 tíos corriendo detrás de un balón, vitoreados y abucheados desde gradas abarrotadas. Jóvenes millonarios, héroes del siglo XXI gracias a sus proezas en el césped. Eso es el futbol.

¿Por qué cuando el Real Madrid y el Barcelona juegan un partido, éste se convierte en un acontecimiento de interés mundial? Los idolatramos, cantamos sus himnos, los defendemos a muerte. Hasta nuestra felicidad acaba dependiendo de ellos. Del estúpido resultado de un partido ¿es que nos hemos vuelto locos?

No, esto no es nuevo, sino que viene de lejos. Las luchas entre gladiadores, las justas en la Edad media y más de lo mismo. Aunque he de decir que ahora por lo menos somos más civilizados, y no reclamamos la muerte del adversario, pero casi. Nos encanta formar parte de un bando, apoyarlos incondicionalmente, sentir sus victorias como nuestras.

Ni el paro, ni la economía, ni la educación. Lo que nos preocupa es por qué la princesa del Bernabéu está triste o las preguntas existenciales de Mourinho (otro ¿Por qué?), y me hace pensar que en el fondo no estamos tan mal ¿no? Sino dejémonos de tonterías, por favor.



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