¿Por qué cuando el Real Madrid y el Barcelona juegan
un partido, éste se convierte en un acontecimiento de interés mundial? Los
idolatramos, cantamos sus himnos, los defendemos a muerte. Hasta nuestra
felicidad acaba dependiendo de ellos. Del estúpido resultado de un partido ¿es
que nos hemos vuelto locos?
No, esto no es nuevo, sino que viene de lejos. Las
luchas entre gladiadores, las justas en la Edad media y más de lo mismo. Aunque
he de decir que ahora por lo menos somos más civilizados, y no reclamamos la
muerte del adversario, pero casi. Nos encanta formar parte de un bando,
apoyarlos incondicionalmente, sentir sus victorias como nuestras.
Ni el paro, ni la economía, ni la educación. Lo que nos preocupa es por qué la princesa del Bernabéu está triste o las preguntas
existenciales de Mourinho (otro ¿Por qué?), y me hace pensar que en el fondo no
estamos tan mal ¿no? Sino dejémonos de tonterías, por favor.
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