Hoy
en día, nuestra nueva obsesión, lo que todos buscamos y deseamos es tener
centenares de amistades. Y hacemos lo que sea para conseguirlo. Adaptamos
nuestro aspecto y opiniones a los
cánones sociales vigentes, por lo menos
de puertas para afuera. Robots producidos en serie, todos idénticos, aterrorizados
por lo que es diferente, lo que sobresale de nuestra propia realidad.
Los
seres humanos le tenemos un miedo irracional a convertirnos en unos marginados.
Y es que existen 7 000 millones de personas en el mundo ¿no crees que con
alguna de ellas te sentirás identificada? Las probabilidades de lo contrario
son casi nulas.
Así
que basta de falsas sonrisas y palabras huecas, que en este mundo estamos cada
vez más escasos de personalidad. ¡Qué pena que no se pueda vender! Quizá me
haría millonaria y todo. Que los amigos de verdad se cuentan con los dedos de
una mano ¿cuándo nos daremos cuenta? Al caernos al suelo, y que ninguno nos
tienda la mano.
No
por ser negro se es delincuente, ni por venir de Oriente Medio se es
terrorista. La naturaleza, por suerte, no funciona así. Pero nosotros sí, y no
podemos cambiarlo. Al conocer a alguien, en lo primero que nos fijamos es en su
ropa, en su color de piel y contamos cuántos agujeros y dibujos tiene. En unos
segundos ya nos hemos formado una opinión de esa persona, y a lo mejor aún no ha
abierto la boca ¿Qué nos importa su historia o su nombre? Nosotros ya sabemos
todo lo que necesitamos saber.
Se
llaman prejuicios. Todo el mundo sabe
lo que es, pero nadie repara en ellos jamás. Son invisibles, llegan sin avisar
y se apoderan de todas tus opiniones en un santiamén. Ya sé que no podemos
evitar tenerlos, pero ¿no podríamos de vez en cuando examinar juicios propios y
ajenos objetivamente? Y es que nuestra apariencia no determina cómo somos en
realidad. Después de todo, Marie Curie era rubia.
3 años. 36 meses. 1096 días. Como pasa el tiempo ¿no? Demasiado rápida, quizá. Y es que la vida continua sin que puedas evitarlo, y hay que aprender a vivir sin ti, y sin todos los que se irán después. Siempre quisiste que continuase escribiendo, y aquí continuo intentándolo aunque no lo veas. Escribí este poema en marzo del 2010, y desde ese día cuelga de la pared de mi cuarto, y al despertar cada mañana es lo primero que veo.
La vie continue
Des larmes
ardentes coulent toujours sur mes jours ;
Je cachais
mon visage des regards curieux,
Lorsqu’un
enfant s’approcha, m’offrit son jou jou,
Et, il me
sourit pour me faire sentir mieux.
Le jour, tu
apparais souvent dans mes pensées.
Le soir, tes
yeux bleus me poursuivent dans mes rêves,
Dès le
moment où l’obscurité s’est imposée,
Là où le
soleil se couche et la lune se lève.
J’aimerais
te voir car ton visage devient
De plus en
plus vague. Mes souvenirs s’échappent.
Ainsi,
j’espère seulement que tu reviennes,
Pendant que
le chagrin m’enveloppe et m’attrape.
Mais, je
m’approche, et je te serre dans mes bras
Et, quand
j’ouvre les yeux, je suis dans la toundra,
Microrelato presentado al concurso organizado por el Museo Marítimo de Barcelona. http://microrelatsmmb.blogspot.com.es/
La
armada británica se había hecho con el Neptuno durante una refriega sangrienta
en los alrededores de Port Royal. Ahora, las cabezas de sus antiguos
propietarios colgaban de la muralla, mientras los isleños celebraban la
victoria en el muelle.
Allí,
la muchedumbre bullía de entusiasmo, así que nadie reparó especialmente en el
hombre que acababa de pisar la cubierta. Y es que con su traje gris y su
bastón, no llamaba demasiado la atención. Tampoco se percataron de que nunca se
alejaba demasiado del timón, o de como de vez en cuando, lo acariciaba inconscientemente,
evocando quizá viejos recuerdo. Se presentó como Michael Clark, comerciante
inglés recién llegado, y se interesó además por la historia del navío.
-
¿El capitán? El cuerpo del viejo Mick se pudre ahora en el fondo del mar – le
dijo un marinero con el que conversaba.
Él
como única respuesta, le dedicó una sonrisa desdentada.
Clay Jensen, un estudiante de secundaria algo tímido, vuelve a casa desde
la escuela un día y encuentra un paquete anónimo en el porche de su casa.
Al abrirlo, descubre que se trata de una caja de zapatos con siete cintas de
casete grabadas por la fallecida Hannah Baker, su compañera de clase que se
había suicidado recientemente. En éstas, Hannah explica trece razones que
causaron su muerte, trece historias en las que se ven involucradas trece
personas. Las cintas fueron enviadas inicialmente a un compañero de clase con
las instrucciones de pasarlas al siguiente estudiante cuya historia apareciese
en las grabaciones. Todos ellos pensaron que sus acciones eran inofensivas, que
no la afectarían o dejarían una cicatriz en ella. Estaban equivocados. A través
de la narración de audio, Hannah les revela su dolor, que finalmente la condujo
al suicidio.
Opinión Personal:
La verdad, me dio más pena Clay que Hannah. Y me gustó mucho más. No sé por qué. Quizá fue porque
me recordó a un héroe que no llegó a tiempo. Sí, la podría haber salvado, pero
no se atrevió a acercarse a ella, a conocerla, aunque siempre le había llamado
la atención. Y ahora su muerte pesa sobre él. No me pareció justo que Hannah lo
incluyese en las cintas, fue un gesto egoísta o quizá un intento de disculpa, pero él sí que no se merecía saber toda la historia de Hannah, no se merecía tanto sufrimiento. ¡Tendréis que leer el libro para saber por qué Clay también
está en la lista!
A parte de eso el libro me gustó mucho. Te hace ver como un simple rumor (sí,
sólo eso), una simple acción puede tener consecuencias que ni siquiera
podríamos llegar a imaginarnos. Como cambiar una vida, o en este caso acabar con
ella. Esa es la realidad, no hace falta que nos la cuente un libro. Y como en
esta sociedad cada vez somos más individualistas, vivimos en nuestro mundo sin
preocuparnos de los que nos rodean, estas tragedias son inevitables.
Tengo que admitir que las lágrimas se me escaparon varias veces durante
toda la lectura y que estoy ansiosa porque lleven la historia a la gran
pantalla. Seré la primera en ir a verla, os lo aseguro. Muchos os echareis atrás
al saber que no hay historias de amor, ni risas, y es que aparenta lo que es: trece necias
(y eludibles) razones que causaron la muerte de una adolescente. Pero leedlo, de verdad, merece la pena. Gran libro. Gran
historia. Gran, gran chico.
“Soul alone” de Hannah Baker
I meet your eyes you don't even see me
You hardly respond
when I whisper
hello
Could be my soul mate
two kindred spirits
Maybe we're not
I guess we'll never
know
My own mother
you carried me in you
Now you see nothing
but what I wear
People ask you
how I'm doing
You smile and nod
don't let it end
there
Put me
underneath God's sky and
know me
don't just see me with your eyes
Take away
this mask of flesh and bone and
See me
for my soul
alone”
Sinceramente, creo que era para Clay. Así que preparad la caja de pañuelos, porque los vais a necesitar.
A
veces me imagino que un día me volveré a encontrar
contigo en la calle, en un centro comercial o en el aeropuerto, no me importa.
Entonces te miraré desde lo alto de mis tacones y te sonreiré como si nada.
Después te daré un beso en cada mejilla y no volverás a aparecer en mi vida.
Nunca jamás.
Por
ahora me contengo, te ignoro y me callo aunque sé perfectamente todo lo que vas
diciendo de mí, a mis espaldas. Pero yo sonrío, y sigo como si nada. Sé que te
enfurece, que te gustaría ser el centro de atención. Sin embargo, has elegido a
la persona incorrecta a la que odiar, porque a mí sinceramente me da igual. Es
como si decidieses odiar a una pared o a una silla. Y es que además no entiendo
esta obsesión, seguro que no es sana ¿no crees?
Bueno,
no te preocupes, que en tu mundo, yo puedo seguir interpretando el papel de
bruja, aunque no por mucho tiempo ¡eh! Que ya me cansa bastante. No sé, podrías
variar de Cruela de Vil un poco más. Mientras, yo seguiré con mi vida. Como
decía mi ídolo Bob Marley “Preocúpate
más por tu conciencia que por tu reputación. Porque tu conciencia es lo que
eres y tu reputación es lo que otros piensan de ti. Y lo que otros piensan, es
su problema”. Así que sea lo que sea lo que tienes contra mí, soluciónalo tú
porque mi conciencia está bien limpia. No sé yo la tuya. Háztela mirar.
Y un día saldré de copas con unos amigos y me
reiré de toda esta historia, o quizá ya ni siquiera la recuerde. Porque es una
simple nimiedad, una anécdota divertida de mi vida. Ser odiada sin razón, sólo
los mejores pueden alardear de ello. Y espero que tú hayas cambiado un poco, y
te interese más tu vida que la de los demás. A lo mejor hasta eres feliz, quién
sabe. No estaré allí para verlo, créeme, en cuanto pueda desapareceré de tu
vida, o mejor dicho te borraré de la mía, que no hay espacio para cualquiera.
Siento que te hayas topado con un muro tan difícil
de derribar, porque la vida ya se ha encargado de hacerme fuerte, a golpes sí,
pero por lo menos eso me ha evitado ser una víctima o una hipócrita. Y me ha
enseñado a sonreír, a ser pacífica, a apreciar la felicidad en las pequeñas
cosas, a quererme. Algún día, creo que también aprenderás esas cosas y entonces
serás capaz de ser realmente feliz. No más sonrisas fingidas, no más palabras
falsas. Y espero que llegues a serlo, de verdad, porque siempre he pensado que
todo el mundo lo merece.
Mientras, yo seguiré siendo feliz aunque me
odies, seguiré sonriendo y siendo simpática aunque acabe de oír lo que dices a
mis espaldas, porque soy así, y serás incapaz de cambiarme. No suelo enfadarme, y tampoco es que odie a alguien. No le veo la utilidad. Y a pesar de que quieras que me pase el día
hablando de ti, no lo haré ¿Para qué? No me gusta desperdiciar saliva, ni hojas
ya que estamos. ¿No crees que ya te he dedicado la atención suficiente, o mejor dicho, la que te mereces por mi parte? Así que espero que todo te vaya bien. Vive y deja vivir. Punto final.
Por
último, el sueño. Tampoco fue fácil. Todo lo contrario. ¿El problema? Que tengo
muchos sueños por cumplir. Es lo que tiene ser una soñadora. Y si tuviera que
escoger uno sería vivir en Londres. Me enamoré de la ciudad a primera vista. París
me deslumbró, Roma me impresionó y Milán me pareció divertido. Pero Londres,
con sus calles llenas de vida, su tiempo caprichoso y su gente, me robó el
corazón. Los idiotas la tachan de fría, altiva, gris, mientras que yo la encuentra
única. Y es que no importa que llueva todo el año, que diluvie si hace falta, a
mi me da igual.
Así
que sueño con ella. Una piso en el pintoresco Notting Hill, los viajes en metro,
Oxford Circus, paseos por Hyde Park o en ese bus de dos pisos tan monos, cafés en el Starbucks y tazas de té decentes. Quiero deambular
sin rumbo, perderme en callejones, calarme de agua. ¿Estoy loca? Puede. No sé,
encuentro que hay algo emocionante en todo ello. Subir el volumen de la música
del reproductor, mirar a tu alrededor, y observar a gente a quien no les
importa en absoluta cómo vistas o de dónde vengas. Lo
encuentro liberador. Genial.
Todos
son diferentes, no siguen estúpidas modas, ni critican a la chica que sienta a
su lado en el bus y que lleva el brazo totalmente tatuado. Les da igual. No pierden
el tiempo en esas tonterías. Cada uno va a lo suyo, como hormiguitas, con un
destino claro. Sí, parecen robots, sin vida propia. La verdad es que no sé qué
se siente, pero habrá que probarlo para descubrirlo ¿no? ¡Y yo me ofrezco
voluntaria!
Ya
van dos años seguidos en los que paso algunos días en la capital, y con suerte,
este año me volvéis a tener allí otra vez. Aunque puede que no, ya veremos. Creo que mi madre tiene miedo de que me fugue y no vuelva nunca. La verdad, he de admitir que me lo he planteado. Más de un vez.
Siempre he pensado que
todos nacemos buenos, que nadie es malo por naturaleza. Entonces, ¿por qué la
gente mata? ¿Por qué hay guerras? Será porque creemos que es la única manera de
sobrevivir, o así nos lo han enseñado.
Yo, sin embargo,
después de una historia plagada de batallas, derrotas y muertes, demasiadas, he
aprendido que la violencia no nos lleva a ningún sitio. En realidad, nos hace
perder el tiempo.
Mejor llevarnos bien
que luchar, mejor dialogar que matar, mejor ser ángeles que demonios ¿No nos
enorgullecemos tanto de ser superiores al resto de los animales gracias al uso
de la razón? Seamos superiores, pero usemos la razón para hacer el bien, para
sobrevivir sin dolor ¿No es eso lo qué queremos todos? A veces me parece que
no, que hay demasiado demonio suelto disfrutando al hacer el mal.