viernes, 28 de septiembre de 2012

Límite Infranqueable


Boquiabierta, así es como me he quedado. Después de volver a verlo varias veces, para asegurarme de que mi imaginación no me había jugado una mala pasada, sigo asimilándolo. Esas acrobacias imposibles sobre la nieve virgen en algún lugar perdido me han puesto los pelos de punta. He llegado a pensar seriamente que uno de ellos acabaría desnucado en el suelo. Los seis minutos se me han hecho eternos.  Ahora, por fin, suspiro aliviada. Ningún herido, ningún muerto.

He de admitir que parece divertido. Sino ¿por qué harían todas esas piruetas extremas? Son muy valientes. Eso o son unos completos descerebrados. Reflexiono. Definitivamente, los deportes de aventura no son para mí, yo que le tengo fobia hasta a bichos inofensivos. Me río sólo de pensarlo. El hecho de arriesgar tu vida por diversión me es incomprensible. Puede que sea entretenido, sí, hasta que te rompes todos los huesos. Y como también odio los hospitales, me mantendré alejada de esos “deportes”, admirándolos a distancia.


lunes, 17 de septiembre de 2012

Soñar Sin Límites


 Como cualquier niña pequeña, antes de cumplir los ocho años, ya había visto todas las películas de Disney. Conocía sus princesas, sus historias, sus canciones. Mientras esos cuentos llenos de finales felices ponían de los nervios a mi hermano, que prefería los dinosaurios, yo los encontraba maravillosos. El príncipe azul, la bella princesa…todo era perfecto. Pero aunque os pueda parecer raro, yo no quería ser una de esas princesas que acababan dando vueltas sobre pistas de baile junto a su príncipe sino que quería ser un hada: una de esas jóvenes (o no tan jóvenes) de una belleza extraordinaria, que sonríen todo el rato y ayudan a los demás (¡Qué filantrópico a sonado!).

Aunque era un sueño extraño para una niña (todas querían ser princesas, veterinarias o peluqueras), tenía buenas razones, o eso al menos pensaba. La primera y la que todos los que tenéis hermanos comprenderán era que quería hacer desaparecer a mi hermano pequeño ¿Por qué? La respuesta es simple: destruía mis construcciones de lego, nos peleábamos, acababa con mis juguetes. La otra, que descubrí más tarde, era que como cualquier niño, yo también deseaba ser libre,  libre para hacer lo que quisiese sin arriesgarme a un castigo. Quería ser libre como los adultos. Me equivocaba, pero esto lo supe más tarde.

Mi deseo iba de la mano de un gran problema. ¿Cómo podía convertirme en un hada? Nadie me había explicado nada y cuando interrogaba a mis padres, ellos cambiaban enseguida de tema. Llegué a mis propias conclusiones: no podían decirte como te convertías en un hada, tenías que descubrirlo por ti misma. Así que comencé a buscar las respuestas a mis preguntas en otras fuentes. En pocos meses, ya había devorado todos los cuentos ilustrados que poseía, y había vuelto a ver esas películas que habían inspirado, sin éxito. Estaba frustrada.

El tiempo pasaba, y poco a poco enterré mi deseo en el fondo de mi memoria, aunque sin olvidarlo. Crecí, me hice mayor, y descubrí la respuesta que los adultos me habían escondido durante tiempo. Una respuesta lógica para ellos, pero difícil de comprender para alguien que sigue teniendo el alma de un niño: la magia no existe.

Años más tarde, comprendí porque me lo habían escondido. Querían que conociese la verdadera libertad, la libertad de soñar sin límites. Lo acepté como otros antes que yo, sin olvidar del todo la niña que soñaba con ser un hada.



sábado, 15 de septiembre de 2012

Dejémonos de tonterías

22 tíos corriendo detrás de un balón, vitoreados y abucheados desde gradas abarrotadas. Jóvenes millonarios, héroes del siglo XXI gracias a sus proezas en el césped. Eso es el futbol.

¿Por qué cuando el Real Madrid y el Barcelona juegan un partido, éste se convierte en un acontecimiento de interés mundial? Los idolatramos, cantamos sus himnos, los defendemos a muerte. Hasta nuestra felicidad acaba dependiendo de ellos. Del estúpido resultado de un partido ¿es que nos hemos vuelto locos?

No, esto no es nuevo, sino que viene de lejos. Las luchas entre gladiadores, las justas en la Edad media y más de lo mismo. Aunque he de decir que ahora por lo menos somos más civilizados, y no reclamamos la muerte del adversario, pero casi. Nos encanta formar parte de un bando, apoyarlos incondicionalmente, sentir sus victorias como nuestras.

Ni el paro, ni la economía, ni la educación. Lo que nos preocupa es por qué la princesa del Bernabéu está triste o las preguntas existenciales de Mourinho (otro ¿Por qué?), y me hace pensar que en el fondo no estamos tan mal ¿no? Sino dejémonos de tonterías, por favor.



miércoles, 12 de septiembre de 2012

Mi Vida En Una Página


Nací hace más de dieciséis años en Barcelona, y desde aquel momento he vivido casi siempre con mis padres. Ahora, habitamos los cinco junto a la playa, en una casa donde no existe el silencio. Mis padres, mis hermanos pequeños y yo. También tengo dos medio hermanos mayores, como todo el mundo dice. Sin embargo, para mí son iguales que los otros dos, y los quiero mucho, mucho. Somos demasiados, pero al final te acostumbras a vivir rodeada de tanta gente. A veces, me pregunto qué sentiría si me faltara algún de ellos, y llego siempre a la misma conclusión: aunque mis momentos de soledad son muy escasos, cada uno de ellos me hace mejor y más fuerte.


Soy una chicas madura, independiente, sincera, sensata y un poco terca. ¿Qué cosas me hacen feliz? Leer el final de un libro, las clases de literatura e historia, pintar paisajes que nunca he visto, el material escolar nuevo, imaginar historias que nunca llegaré a escribir, hacer crêpes, los días de lluvia, Londres, un nuevo capítulo de Gossip Girl, Bob Marley, ir de compras, mi cumpleaños, tener razón, los locos de mis hermanos (todos ellos), deambular por una enorme librería, y el querer siempre algo más. Si, se podría decir que soy feliz casi siempre. También soy aficionada a la natación, a la comida china, ...no lo dejo ya o me pasaré aquí toda la vida.


¿Qué he hecho hasta ahora? Aprender a andar y a hablar, descubrir los números y las letras, montar en elefante, discutir con mis hermanos, visitar a Papa Noel en Finlandia y las tumbas de faraones en Egipto (no fue demasiado agradable, ni para mí, ni para ellos, supongo), conducir un trineo tirado por huskys, saber decir "hola" en diez idiomas, pasar dos noches en una cabaña en medio de la selva (rodeada de animales salvajes), ver la aurora boreal, dormir mucho, tirar el chupete, hartarme de ver películas Disney y los teletubbies, dejar el ballet, las clases de piano y el teatro, subirme centenares de veces a la estampida de Port Aventura, etc. Parecen muchas cosas, pero yo quiero más.


 ¿Pero qué quiero? Aprender a dibujar, ir a clases de italiano, acabar con mi fobia a los insectos, viajar por el mundo entero, vivir en otra ciudad, que mi madre me enseñe a cocinar (si quiero independizarme algún día y no morir de hambre), ser más optimista, estudiar derecho y economía en la universidad, escribir un libro, que mi vida sea tanto simple como por ejemplo (no lo creo), convertirme en abogada especializada en derecho internacional, ayudar a los otros...pero sobre todo seguir siendo yo misma, no cambiar nunca, por nada. Son muchas cosas, ya lo sé, y es que se me ha olvidado decir que me encantan los retos. Algunos dirán que es imposible, yo digo que si he sido capaz de resumir mi vida en menos de una página, me queda mucho para vivir, ¿no?




lunes, 10 de septiembre de 2012

Après L'Hiver


Tout revit, ma bien-aimée !
Le ciel gris perd sa pâleur;
Quand la terre est embaumée,
Le cœur de l'homme est meilleur.

En haut, d'ou l'amour ruisselle,
En bas, où meurt la douleur,
La même immense étincelle
Allume l'astre et la fleur.

L'hiver fuit, saison d'alarmes,
Noir avril mystérieux
Où l'âpre sève des larmes
Coule, et du cœur monte aux yeux.

Ô douce désuétude
De souffrir et de pleurer !
Veux-tu, dans la solitude,
Nous mettre à nous adorer ?

La branche au soleil se dore
Et penche, pour l'abriter,
Ses boutons qui vont éclore
Sur l'oiseau qui va chanter.

L'aurore où nous nous aimâmes
Semble renaître à nos yeux;
Et mai sourit dans nos âmes
Comme il sourit dans les cieux.

On entend rire, on voit luire
Tous les êtres tour à tour,
La nuit, les astres bruire,
Et les abeilles, le jour.

Et partout nos regards lisent,
Et, dans l'herbe et dans les nids,
De petites voix nous disent :
— Les aimants sont les bénis !-
   
 L'air enivré; tu reposes
A mon cou tes bras vainqueurs :
Sur les rosiers que de roses !
Que de soupirs dans nos cœurs !

Comme l'aube, tu me charmes;
Ta bouche et tes yeux chéris
Ont, quand tu pleures, ses larmes,
Et ses perles quand tu ris.

La nature, sœur jumelle
D'Ève et d'Adam et du jour,
Nous aime, nous berce et mêle
Son mystère à notre amour.

Il suffit que tu paraisses
Pour que le ciel, t'adorant,
Te contemple; et, nos caresses,
Toute l'ombre nous les rend !

Clartés et parfums nous-mêmes,
Nous baignons nos cœurs heureux
Dans les effluves suprêmes
Des éléments amoureux.

Et, sans qu'un souci t'oppresse,
Sans que ce soit mon tourment,
J'ai l'étoile pour maîtresse;
Le soleil est ton amant;

Et nous donnons notre fièvre
Aux fleurs où nous appuyons
Nos bouches, et notre lèvre
Sent le baiser des rayons.

Victor Hugo

domingo, 9 de septiembre de 2012

Cualquiera puede entrar, pero pocos pueden salir


Puede comprender que un adulto fume. Lo vive a diario. Largas jornadas laborales, trabajos agobiantes. Ellos encuentran una vía de escape en el tabaco. No sabe porqué ni le importa.

 Observa impasible a su padre fumarse cajetillas enteras, y le duele, le duele saber que ese humo gris lo está matando por dentro. Pero se calla. ¿Qué le va a recriminar?  El fumador no es el culpable, es la víctima. ¿Victima de qué? De la vida. De la debilidad humana.

Al mirarle ahora, sonríe aliviada. Todo ha terminado, aunque su padre sigue luchando día tras día. Ésta es una guerra para toda la vida y lo sabía, pero fue fuerte y tomó la decisión sólo, sin que lo presionara. Ella simplemente le apoyó, cogiéndole la mano en los momentos duros.

 Puede comprender que un adulto fume, pero no entiende por qué lo hacen los niños grandes, por qué su hermano mayor fuma. A los 16 años, sigo sin entenderlo.