Mostrando entradas con la etiqueta vida. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta vida. Mostrar todas las entradas

martes, 29 de octubre de 2013

Momento Importantes

La vida cambia en unos instantes. De repente todo salta por los aires, da un giro de 180 grados y no puedes hacer nada para evitarlo. Son oportunidades que caen del cielo, paredes de ladrillos contra las que te estrellas, acontecimientos felices y sorpresas desagradables. Son los momentos importantes.

Imagina un río, que fluye tranquilamente a través de campos y ciudades, despacio, con calma. Las miles de gotas de agua se dejan llevar por la corriente, hasta que llegan a una cascada. ¿Qué pasa entonces?Inevitablemente, el agua cae a borbotones, se desliza en el aire, se estrella contra las rocas, formando mareas de espuma y nubes de vapor. En mitad de todo ese espectáculo, esas gotas eligen un nuevo rumbo, un nuevo lugar, aceleran o frenan, se juntan, se separan, y recuperan la tranquilidad, la estabilidad, hasta la próxima catarata que las haga volar. Saltar por los aires. 

Durante esas cascadas, decides cómo quieres vivir tu vida. Defines quién eres y qué quieres ser.  Cierras capítulos que deberías haber dejado de lado hace tiempo, y coges trenes que sólo pasan una vez en la vida. Momentos en los que dejas atrás el pasado y olvidas el futuro: sólo el presente cuenta. Te recompones, te reinventas, o como se ha puesto de moda hoy en día: te reciclas. 

Sí, en una vida suceden pocas cosas. Cuando te centras en lo que importa y lo demás te da exactamente igual . Hechos puntuales, desperdigados entre los años.  Y nos llevan a nuevos lugares, nos entrelazan con desconocidos. Probamos cosas diferentes, empezamos otras aventuras. Nos permiten recuperar las riendas de una vida muchas veces abandonada, manipulada. Cansada. Esos momentos nos hacen abrir los ojos, reaccionar y escribir de nuestro puño y letra el destino. Nos hacen vivir.





miércoles, 18 de septiembre de 2013

Vive tu vida

Ríe a carcajadas, hasta que te duela. Hasta que caigas al suelo, hasta que tus ojos se empañen.

Baila, aunque la música no suene. Descalza, bajo la lluvia, delante del espejo. Hasta que tus pies no puedan más, hasta que te quedes sin aliento.

Salta, lo más alto que llegues. Con los brazos alzados y los dedos estirados. Y es que dicen que el cielo no es el límite.

Sonríe, por todos esos momentos inolvidables, por todas esas personas irremplazables. Sonríe aunque ya no te apetezca, aunque estés cansada porque las sonrisas nunca son demasiadas y siempre iluminan el mundo.

Y es que un día, sin saber cómo, ya no podrás hacer nada por cambiar el pasado. Así que ríe, baila y salta. Busca tu propia felicidad, sueña en grande y cumple deseos. Vive tu vida. 


martes, 19 de febrero de 2013

La vie continue

3 años. 36 meses. 1096 días. Como pasa el tiempo ¿no? Demasiado rápida, quizá. Y es que la vida continua sin que puedas evitarlo, y hay que aprender a vivir sin ti, y sin todos los que se irán después. Siempre quisiste que continuase escribiendo, y aquí continuo intentándolo aunque no lo veas. Escribí este poema en marzo del 2010, y desde ese día cuelga de la pared de mi cuarto, y al despertar cada mañana es lo primero que veo. 

La vie continue

Des larmes ardentes coulent toujours sur mes jours ;
Je cachais mon visage des regards curieux,
Lorsqu’un enfant s’approcha, m’offrit son jou jou,
Et, il me sourit pour me faire sentir mieux.

Le jour, tu apparais souvent dans mes pensées.
Le soir, tes yeux bleus me poursuivent dans mes rêves,
Dès le moment où l’obscurité s’est imposée,
Là où le soleil se couche et la lune se lève.

J’aimerais te voir car ton visage devient
De plus en plus vague. Mes souvenirs s’échappent.
Ainsi, j’espère seulement que tu reviennes,
Pendant que le chagrin m’enveloppe et m’attrape.

Mais, je m’approche, et je te serre dans mes bras
Et, quand j’ouvre les yeux, je suis dans la toundra,
Lorsque le soir arrive, et que je sens la peur.

Alors, je m’agenouille et je mets sur ta tombe,
Arrosé de larmes ardentes qui coulent e tombent,
Un bouquet de muguet jeune et de roses en fleurs.


domingo, 4 de noviembre de 2012

Un poco más de mí...

Bachillerato, mi dolor de cabeza, mi pesadilla de turno. No nos 
llevamos demasiado mal, la verdad, pero ya me ha dado varios sustos. Cada día te pone a prueba. Nuevos retos y desafíos. Ando con cuidado para no caerme, evitando trampas y los atajos que no llevan a ninguna parte. Pero lo peor es que no puedes parar de correr, coger aire y descansar, porque si no te quedas atrás. Es como una carrera de obstáculos infinita. Y nunca se me ha dado bien los deportes, así que imaginad. He tenido que acostumbrarme al ritmo pero tampoco es para tanto. Ser constante en el estudio es algo que me cuesta, pero poco a poco voy dominando la situación.

De toda la vida he sacado buenas notas, ya estoy acostumbrada. Lo que no quiere decir que tenga que estudiar mucho, como cree la mayoría de las personas. No, la verdad es que no tengo que esforzarme demasiado y no porque sea superdotada o algo por el estilo, sino por tener los padres que tengo. Ellos son inteligentes, y creo que he heredado lo mejor de ellos dos. No es mérito mío, sino suyo, creo. La contrapartida de tener unos padres como los míos es que pocas veces te felicitan, porque saben perfectamente que para mí no es difícil. Tampoco es que me importe, no trabajo por ellos, sino por mí…al fin y al cabo quien decide mi futuro soy yo ¿no? Por eso nunca he comprendido porque algunos se dedican a premiar las notas de sus hijos. Ni que fueran perros.

Bueno, cada uno hace lo que quiere con su vida, no voy a ser yo la que le diga a la gente lo que tiene que hacer. No me apetece. Tengo mejores cosas que hacer, como escribir una redacción sobre algo raro de los satélites. Yo que sé. La tengo que entregar mañana y no tengo ganas de hacerla. Ese es otro de mis defectos: soy muy perezosa. Lo hago todo a última hora, y no sé como pero me suele salir bien. Espero que ésta no sea una excepción. Creo que me quedaré un ratito más en la cama, reflexionando sobre como han cambiado nuestra vida la tecnología y esas cosas. Aunque si me duermo, tampoco pasa nada. Hasta pronto :)


lunes, 22 de octubre de 2012

¿Qué hago ahora contigo?


 Nuestra historia está enterrada ya, o al menos eso me parecía. Porque esta noche he soñado contigo. Otra vez ¿Es ni siquiera una historia? No. Son momentos, instantes preciosos, sí, pero nada más que eso. Conversaciones infinitas, risas para la eternidad. Y Bob Marley tocando de fondo. Son partidas de billar ganadas, sonrisas bajo la lluvia y cafés de Starbucks.

¿Me arrepiento de mi decisión? No creo. Fue mejor así ¿Qué piensas? No hace falta que respondas. Ya lo sé, siempre dejaste claro que no estabas de acuerdo. Nunca lo estábamos ¿recuerdas? Continúas discusiones por cualquier nadería. En la calle, en clase y en restaurantes. Cualquier lugar era bueno. Hasta éramos capaces de debatir en varios idiomas. Pasábamos del español al inglés sin darnos ni cuenta, mientras los demás nos miraban asombrados. No nos comprendían. Nadie lo hacía, ni siquiera nosotros mismos. Saltábamos de las bromas a las pullas con increíble facilidad, como si nos conociéramos desde hace tiempo. Nada más lejos de la realidad.  

¿Qué voy a hacer contigo ahora? Aún no lo sé. Me digo que tengo que olvidarte, pero parece que mi cabeza no está por la labor. Ni tú tampoco, ya que estamos. Parece como si quisieras que no te dejara atrás, hablándome a todas horas como lo haces. ¿Pero sabes qué? Yo ya no sé si quiero seguir jugando a este juego, del que solamente tú conoces las reglas. Y siempre estás haciendo trampas. ¿Qué quieres conseguir?

Te echo de menos, sí. Pero ya lo sabes, te has ocupado de que esto pasase. Tú cada vez te alejas más de mí, y yo cada vez te quiero más cerca. ¿Y si te borro por completo? ¿Y si hago ver que nunca exististe?¿Que nunca hubo un nosotros?¿Dejará, entonces, de saltar mi corazón cada vez que mencionen a Brighton? ¿O que oiga la voz Billy Armstrong? No es tu voz, pero me recuerda demasiado a ti. Tú me cantabas al oído y yo…sonreía como una idiota. Como estoy haciendo justo ahora.


¿Ves lo que me has hecho? Justo lo que me prometí que no sucedería. Yo antes era normal, más o menos. Últimamente, parezco una de esas adolescentes con las hormonas por las nubes. Esas a las que nos dedicábamos a criticar por las mañanas, cuando estábamos tan cansados que ni siquiera podíamos enfadarnos. En el bus, donde tú me pasabas tu abrigo porque yo había sido tan ingenua como para creer que aquel día no llovería. Siempre acababas helado por mi culpa, bueno por la tuya, por ser demasiado amable.

Justo ahora, que estoy hecha un lío, decides hablarme. Tú es que tienes telepatía o algo así, porque me estás asustando. “¿Qué tal el día?” ¿Qué le respondo? ¿Qué me he pasado el día pensando en él?¿Qué he soñado con  él? Ni hablar. Está historia (no, no es una historia) ya terminó hace tiempo. Tiene un punto final. Y tú y yo seguimos escribiéndola como si nada, rompiendo todas las normas. Esto no funcionará, lo sabíamos desde el principio, pero parece que a ninguno de los dos nos importa.

Todo esto es por tu culpa. Mis sonrisas han acabado dependiendo de ti. Yo ya no me siento yo misma. Es como si hubiera dejado una parte de mí allí, contigo. Como si aquella chica parlanchina del vestido rojo, que siempre hacía que acabásemos perdidos y helados bajo la lluvia, no fuera ahora más que un espejismo, una sombra de lo que fue algún día. Es ridículo, pero no puedo evitarlo. Se suponía que estás historias acababan bien ¿no? Siempre me las habían contado así.

600 palabras ya. Suspiro. Sigo tan confusa como antes. O quizás más, ya ni lo sé. Eres un recuerdo bonito, a pesar de todo. Los cafés mañaneros, las tardes de cine y tu mano en mi cintura. Todos los son. Pusiste mi mundo patas arriba y lo dejaste así, y yo no tengo ni idea de cómo restaurarlo. Sólo sé que no me importa soñar contigo. No me importa para nada. Pero no te lo diré, por si acaso. No vaya a ser que lo uses en mi contra, como haces siempre.

 Las gotas de lluvia van borrando poco a poco los recuerdos, mientras se deslizan por mi ventana. Esto llega a su fin ¿te das cuenta? No nos queda mucho tiempo. Los días me van devolviendo mi vida y tú ya no eres más que un fantasma de mi pasado, uno con el que sigo hablando, sí, pero ya no duele tanto. Tu risa se desvanece. Olvido el color de tus ojos. Pronto, no serás más que un chico que me hace reír con un par de bromas. Dejarás de ser la sonrisa de mis días. Triste, la verdad ¿Pero qué más podíamos esperar? Eres un imbécil, que me cae bien, but I hate you. ¡Ves! Yo antes, antes de ti, no era así. Hasta nunca S. Bueno, no, hasta mañana. Aún no estoy preparada para decirte adiós del todo. 

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Mi Vida En Una Página


Nací hace más de dieciséis años en Barcelona, y desde aquel momento he vivido casi siempre con mis padres. Ahora, habitamos los cinco junto a la playa, en una casa donde no existe el silencio. Mis padres, mis hermanos pequeños y yo. También tengo dos medio hermanos mayores, como todo el mundo dice. Sin embargo, para mí son iguales que los otros dos, y los quiero mucho, mucho. Somos demasiados, pero al final te acostumbras a vivir rodeada de tanta gente. A veces, me pregunto qué sentiría si me faltara algún de ellos, y llego siempre a la misma conclusión: aunque mis momentos de soledad son muy escasos, cada uno de ellos me hace mejor y más fuerte.


Soy una chicas madura, independiente, sincera, sensata y un poco terca. ¿Qué cosas me hacen feliz? Leer el final de un libro, las clases de literatura e historia, pintar paisajes que nunca he visto, el material escolar nuevo, imaginar historias que nunca llegaré a escribir, hacer crêpes, los días de lluvia, Londres, un nuevo capítulo de Gossip Girl, Bob Marley, ir de compras, mi cumpleaños, tener razón, los locos de mis hermanos (todos ellos), deambular por una enorme librería, y el querer siempre algo más. Si, se podría decir que soy feliz casi siempre. También soy aficionada a la natación, a la comida china, ...no lo dejo ya o me pasaré aquí toda la vida.


¿Qué he hecho hasta ahora? Aprender a andar y a hablar, descubrir los números y las letras, montar en elefante, discutir con mis hermanos, visitar a Papa Noel en Finlandia y las tumbas de faraones en Egipto (no fue demasiado agradable, ni para mí, ni para ellos, supongo), conducir un trineo tirado por huskys, saber decir "hola" en diez idiomas, pasar dos noches en una cabaña en medio de la selva (rodeada de animales salvajes), ver la aurora boreal, dormir mucho, tirar el chupete, hartarme de ver películas Disney y los teletubbies, dejar el ballet, las clases de piano y el teatro, subirme centenares de veces a la estampida de Port Aventura, etc. Parecen muchas cosas, pero yo quiero más.


 ¿Pero qué quiero? Aprender a dibujar, ir a clases de italiano, acabar con mi fobia a los insectos, viajar por el mundo entero, vivir en otra ciudad, que mi madre me enseñe a cocinar (si quiero independizarme algún día y no morir de hambre), ser más optimista, estudiar derecho y economía en la universidad, escribir un libro, que mi vida sea tanto simple como por ejemplo (no lo creo), convertirme en abogada especializada en derecho internacional, ayudar a los otros...pero sobre todo seguir siendo yo misma, no cambiar nunca, por nada. Son muchas cosas, ya lo sé, y es que se me ha olvidado decir que me encantan los retos. Algunos dirán que es imposible, yo digo que si he sido capaz de resumir mi vida en menos de una página, me queda mucho para vivir, ¿no?