
A medida que voy creciendo, me voy dando cuenta de
la suerte que tengo. Muchísima. Cada vez es más común el divorcio, y en medio
siempre están los niños, que son los que más sufren. Sí, los padres rehacen su
vida, forman nuevas familias, pero no es lo mismo. A mí, en cambio, me ha
tocado la lotería con la que tengo. Sí, a veces las cosas se complican, pero
juntos superamos cualquier obstáculo. Somos un conjunto ecléctico y ruidoso,
que no deja a nadie indiferente. Porque si algo hacemos bien, es llamar la
atención, aunque no lo queramos. Es lo que tiene ser tantos. Pero no cambiaría
por nada a estas seis personitas. Por nada en el mundo.
Continuará...
Continuará...