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lunes, 23 de septiembre de 2013

Paris #1: La Ville Lumière

Suena la alarma. Son las 6 de la mañana y los primeros rayos iluminan las calles. Sin embargo, en vez de remolonear entre las sábanas, me levanto de un brinco. ¿Por qué? ¡Porque me voy a París! ¡PARÍS!

Termino mi maleta, me visto a trompicones (mi equilibrio nunca ha sido bueno) y desayuno lo que mi estómago me permite, atenazado por los nervios. Excitada, no dejo de ir de un lado a otro, volviendo locos a mis padres.

Llegamos al aeropuerto justo a tiempo, facturo la maleta (por primera vez, no temí sobrepasar el límite de peso permitido), paso el control de seguridad que milagrosamente no pita y nos acomodamos en las sillas del aeropuerto, matando el tiempo con las cámaras de fotos y las redes sociales.



Dos horas, un montón de risas y alguna que otra foto después, cogemos el tren que nos lleva al centro de la ciudad. Tardamos más de lo previsto, ya que la policía detuvo el transporte ferroviario al descubrir un paquete sospechoso en las vías del tren. (En Francia, estaban en alerta roja por amenazas de atentados terroristas causadas por la posición del país en la guerra de Siria.) Aunque cansados y hambrientos, supimos entretenernos. Yo, más feliz que una perdiz con mi nueva sudadera del monstruo de las galletas (con el que me siento muy muy identificada).


El hotel, un Ibis Style, fue calificado como un puticlub, con bastante acierto la verdad (si lo vieseis sabríais porqué), de habitaciones enanas y decoración “moderna”. Bueno, dejemos el tema aquí y continuemos con la comida: una maravilloso bagel de salmón asquerosamente caro. Y es que París es París, mes amis.


Después de un viaje en metro de infarto (hora punta, apretados como sardinas, acompañados de parisinos cabreados y más paquetes sospechosos), llegamos à les Halles (antiguo mercado de la ciudad). De allí caminamos por la rue Rivoli, pasamos por la Place Vendôme




La ópera de París (¡bastante más impresionante que el Liceu de Barcelona!)...




Donde cogemos el metro hacia l’Hôtel de ville (el ayuntamiento, y ¡qué ayuntamiento!), cruzamos el Sena hasta la Ile de la Cité y llegamos a la catedral de Notre-Dame de Paris. 





¿Descanso? ¡Qué va! Descubrimos le quartier de Saint-Michel antes de embarcarnos en el bateau mouche (eso barcos alargados que pululan por el Sena).




Contemplo la ciudad iluminada por miles de luces, mientras el barco surca el río en silencio, y descubro por qué tanta gente acaba enamorándose de ella. No hay nada que se le parezca en el mundo. Magnifica, es la palabra. Y sin saber por qué, siento algo en el corazón, una especie de ansiedad, al darme cuenta de que unos días vuelvo a casa. No quiero, no puedo. Acabo de encontrar una parte de mí que nunca he sabido que existiese.  


Una crêpe para cenar (adicta desde ese momento) y de vuelta al hotel a medianoche. ¿A dormir? ¡Jamás! Pese al cansancio, ahora empieza la fiesta, 


martes, 10 de septiembre de 2013

Londres: una ciudad de ensueño

Después de pasar 4 semanas en Oxford, viajé a Londres donde me quedé unos días. ¿Qué hice? Aquí os dejo una lista de lo que me gusta hacer mientras estoy en mi ciudad favorita.

* Comida extranjera: Londres, al ser una ciudad tan multicultural, habitada por tanta gente de diferentes países, tiene algunos de los mejores restaurantes de comida japonesa, china, tailandesa, india, libanesa...que he probado en mi vida. Así que cada vez que vengo intento pasar de los restaurantes normales e ir siempre a alguno de comida oriental.

 Mr Chow151 Knightsbridge




* Patisserie Valerie es una cadena de cafeterías, que sirve los mejores postres del mundo, aunque también puedes comer allí. Mi recomendación es ir a merendar o a desayunar. Ya veréis que hay millones de pastelerías-cafeterías muy parecidas, sobre todo en la calle Picadilly (justo al lado de Picadilly Circus) pero ésta es sin duda mi favorita.



* Si eres tan amante de los libros como yo, debes pasar por Waterstone's (también la puedes encontrar en Picadilly). Sería capaz de pasar horas enteras allí, subiendo los pisos, examinando todas las estanterías, leyendo las primeras páginas de un libro acurrucada en un sofá...amo ese lugar. Mi recomendación: pásate por Waterstone's y ves después a merendar a Patisserie Valerie. 




* M&M Store (Leicester Sqaure) es el paraíso de cualquier niño y amante de los lacasitos. Miles de bolitas de chocolate, en todos los colores que puedas soñar, peluches, tazas, mochilas...todo con los muñecos de la marca. La tienda siempre esta repleta de turistas, pero pasas un rato genial dentro.



* Como alguien que adora comprar, Londres es un paraíso. Sin embargo, siempre intento evitar sitios como Oxford Street o Regent Street, porque están continuamente plagados de turistas y de tiendas que también puedo encontrar en España. Así que cojo el metro y voy a uno de estos dos lugares: Portobello Road en Notting Hills o Camden Town. Allí encontrarás todo lo que puedas imaginar, e incluso podrás llegar a regatear los precios. Una de las zonas más atractivas y pintorescas de la ciudad.


 *Harrods en Knightsbridge no es precisamente el lugar donde encontrar gangas. Sin embargo, a los que les gusta mirar y curiosear, Harrods os parecerá un paraíso. Os recomiendo la sala de Navidad, en funcionamiento todo el año, y el piso de los juguetes, el sueño de cualquier niño hecho realidad. Para las chicas, no os perdáis la sección de vestidos de noche y zapatos; cuestan un ojo de la cara, pero al menos te dejan probarte unos Louboutin y pasear con ellos por la tienda.




* Si el sol, por casualidad, brilla, aprovechad el día haciendo actividades al aire libre. Mis recomendaciones:

 Un paseo en bicicleta por Hyde Park. Es muy sencillo alquilarlas en cada entrada del parque, y cuando os hayáis cansado siempre podéis parar y hacer un picnik sobre el césped, al lado del lago.



También podéis subir hasta la cima de Monument (sí, los británicos son muy originales). Aunque son bastantes escalones, las vistas de la ciudad merecen la pena. 


 Una de mis opciones predilectas cuando estoy en Londres es hacer un crucero por el Támesis: una forma de ver los monumentos más importantes de la ciudad sin tener que coger el metro constantemente.

 Por último, si veis que os aburrís un poco de la capital, coged un bus o un tren y explorad el país. Yo decidí pasar un día en Cambridge, donde estaba una de mis mejores amigas. La verdad es que la ciudad tiene su encanto, con edificios antiguos, tiendas y cafeterías de cuento,  llena de los famosos College. Sin embargo, yo sigo siendo TEAM OXFORD.






miércoles, 10 de abril de 2013

“Mamá, no me gusta”


Si no fuera por mi santa madre, que ya se ha ganado el cielo, hoy en día me alimentaría básicamente de arroz blanco. Gracias a nuestras guerras, en las que cada una ponía toda su tozudez sobre el campo de batalla, ahora como de todo. Eso sí, ni ella ni yo olvidaremos nunca esas horas interminables que me pasaba delante del potaje de garbanzos.

Sin embargo, pese a esos recuerdos teñidos de gritos, se lo agradezco. De verdad. Porque me he dado cuenta de lo ridículas que son algunas personas con la comida. Que si no me gusta el pescado porque los peces me dan asco, y ni siquiera lo han probado. ¿Qué excusa pondrá el niño, cuando a los cincuenta el doctor le diga que quizá es hora de empezar a comer verduras? ¿No me gustan las espinacas porque son verdes?

Ahora podéis elegir lo que coméis, pero a lo mejor algún día ya no podréis ¿Qué pasará entonces? ¿No comeréis? Así que gracias, mamá.