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@serienfurecidos (ellas te comprenden) |
Siento haber estado tan desaparecida últimamente y es que no he tenido un minuto libre.
Podría poner la típica excusa de que he estado muy ocupada con los estudios,
pero mentiría descaradamente. ¿Qué me ha pasado? No es muy común, la verdad.
Sólo pasa una vez al año, siempre en la misma época. Cuentas los días en verano,
desesperado, mirando sin parar el calendario como un lunático. Es una adicción.
No, es mucho más. Y lo peor es que no sólo me pasa a mí, sino que he
descubierto que mucha más gente padece esta enfermedad.
¿Aún
no sabéis de lo que os hablo? Dejadme que os describa los síntomas. Ansiedad.
Mucha. Tu ordenador se convierte en tu mejor amigo y los problemas del WIFI en
tu peor enemigo. Nervios. ¿Qué sucederá? ¿Cómo comenzará? La imaginación vuela
y tus conversaciones se vuelven monotemáticas. Haces apuestas. Defiendes y críticas
sin piedad. Maldices, te muerdes las uñas y te enganchas a Twitter como si
fuese un salvavidas. Y cuando llega por
fin es como la mañana de Navidad: esperanzas, ilusiones, sonrisas sin razón.
Nada puede nublar el cielo ese día, ni siquiera las nubes.
¿Qué
os estoy contando? Amigos míos, Septubre ha llegado. Si no eres un seriéfilo,
pues te habrás quedado igual, así que aquí va una breve explicación. Las
cadenas americanas de televisión estrenan la mayoría de las temporadas de sus
series a finales de septiembre y a principios de octubre, un periodo de tiempo
bautizado como SEPTUBRE ¿Lo vais
pillando? Y los que somos tan fans que no podemos esperar a que hagan el pésimo
doblaje en español, las vemos al día siguiente en versión original. Por eso
durante unas dos semanas, todos nos dedicamos a comentar los capítulos pilotos
de las nuevas, en busca de alguna serie que remplace a las que ya han
terminado, y continuamos con nuestras secretas adicciones de siempre.
Ya
lo sé, mucha gente no entiende que te puedas enganchar a tantas series, pero
dejadme deciros que me gustan mucho más que una película, puesto que la trama
está más enrevesada y podemos ver cómo van evolucionando los personajes. Sí,
insultas a los guionistas cada dos por tres y endiosas a tus actores
favoritos. Es la guerra. Mucho más divertido ¿no? Y que quede claro que las
series no se pueden comprar a los libros, no porque uno sea mejor que el otro,
sino porque no tienen nada que ver.
Bueno,
después del rollo que os he metido aquí van algunas sugerencias, por si aún no
estáis enganchados a ninguna (¿Qué hacéis con vuestra vida?):
Elena
Gilbert es una adolescente que se enamora de Stefan, un vampiro. Ya lo sé, todo
muy Crepúsculo hasta ahora, pero os garantizo que es mil veces mejor. Sin
embargo, su relación se complica cuando el hermano de Stefan, Damon (ésta es la
razón de la que os hablaba antes, con él todo es mucho mejor), aparece
dispuesto a todo para acabar con él hasta que topa con ella. ¿Por qué los dos
hermanos se enamoran de Elena? Una chica de su pasado es la respuesta, y cuando
vuelve todo salta por los aires.
No
soportaréis a la protagonista si no os gustó Kristen Stewart en el papel de
Bella Swan (espero que todo el mundo sea de esta opinión), pero sólo por la
locura y las frases de Damon, la dulzura de Caroline y la sonrisa de Klaus (que conoceréis más adelante) merece la pena ver la serie. Si os engancha, después de haber terminado la
cuarta temporada podéis empezar a ver The Originals (mi familia favorita,
aunque de familia les queda poco), un spin-off de The Vampire Diaries.
Grey’s
Anatomy


Emily
Thorne, cuyo verdadero nombre es Amanda Clarke, regresa a los Hamptons para
vengarse de las personas que causaron la muerte de su padre, David Clarke, y
que destruyeron su familia. Cuando Amanda era una niña, su padre fue arrestado
por cargos inventados de terrorismo, fue juzgado injustamente y condenado por
traición a la patria. Él acabó muriendo en la cárcel y ella encerrada en un
centro de detención juvenil. A sus 18 años es puesta en libertad, y Nolan,
joven genio informático y amigo de su padre, la informa de que es heredera de
parte de una sociedad en la que su padre invirtió y que ahora es millonaria.
Entonces, Amanda decide cambiar su nombre por el de Emily Thorne y decide
vengarse de los responsables de la caída de su padre, la poderosa familia
Grayson, sin imaginar las consecuencias de sus acciones.
Revenge es una de esas series de la que te esperas de todo: cualquier cosa puede pasar. La trama cada vez se complica más, pero es bastante fácil de seguir. Y vamos a decirlo claro: ¡Emily es la puta ama y Nolan no se queda atrás!
La
serie sigue a Carrie Mathison (Claire Danes), una oficial de operaciones de la
CIA que, que después de realizar una operación no autorizada en Irak, es puesta en
régimen de prueba y reasignada a un centro de la CIA en
Langley (Virginia). Mientras ella estaba llevando a cabo la operación en Irak,
fue advertida por un activo de que un prisionero de guerra estadounidense se había
unido al grupo terrorista Al-Qaeda. Durante una reunión Carrie se
entera de que Nicholas Brody (Damian Lewis), un sargento de los Marines de EEUU
que había sido considerado como desaparecido en combate desde 2003, ha sido
rescatado durante una incursión en un puesto perteneciente al grupo terrorista
de Abu Nazir. Carrie llega a creer que Brody es el prisionero de guerra
estadounidense del que su activo en Irak estaba hablando. No obstante, el
gobierno federal y sus superiores en la CIA consideran a Nicholas Brody como un
héroe de guerra. Al darse cuenta de que sería casi imposible convencer a su
jefe de poner bajo vigilancia a Brody, Carrie se acerca a la única persona en
quien pueda confiar, Saul Berenson. Los dos deben trabajar juntos para
investigar a Brody y evitar otro ataque terrorista en suelo estadounidense.
Aún
no me ha dado tiempo de ver el primer capítulo de la tercera temporada, pero
sabiendo cómo acabó la segunda, promete y mucho. La empecé a ver este verano
mientras estaba en Oxford, porque allí todas las personas que conocí y que la
habían visto no paraban de alabarla, de ponerla por las nubes, así que me dejé convencer. No me
arrepiento. Sí, la trama es complicada pero Claire Danes es demasiado genial y
demasiado loca como para no acabar cogiéndole cariño.
Olivia
Pope (Kerry Washington) es una mujer fuerte y segura de sí misma, vestida siempre impecablemente y experta en
solucionar crisis, que se dedica, junto a un equipo que ella misma ha formado,
a proteger la imagen pública de la élite del país, evitando que sus más oscuros
secretos salgan a la luz. Su punto débil: el presidente de Estado Unidos.
Con
esta serie dudé, y mucho. ¿Por qué? Por la guionista, Shonda Rhimes, que por si
no lo sabéis, también es la autora de Anatomía de Grey. No estaba preparada para
otra serie con tanto drama. Pero al final pensé que todo merece una
oportunidad. No me arrepentí. Sí hay drama y lágrimas, pero Olivia Pope, la
protagonista, es la puta ama (otra Emily Thorne pero menos sanguinaria y fría),
y eso no es discutible. Y aunque sea prácticamente imposible, ella y el presidente acabarán juntos, sino me cargo a los guionistas. Quedáis avisados.
Me ha encantado tu entrada y también tu blog. Me pasaré más a menudo por aquí!!
ResponderEliminarUn beso enorme^^
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