
Los que no
han abierto un libro en su vida por puro placer, se pierden más de lo que
creen. Ésta es una verdad tan grande como un templo. No porque lo diga yo, que
lo digo, sino porque los libro son algo más que páginas. Son historias, son
personas, son vidas. Lo descubrí no hace tanto tiempo, cuando aún llevaba
trenzas, y abrí mi primer libro de verdad. Nada de cuentos infantiles, o comics
de superhéroes. Un día, mi hermana me convenció para que leyera Harry Potter, y
aunque apenas tenía ocho años, lo devoré. Y desde ese momento, nada ha cambiado.

Leo en la playa, en la montaña,
en el metro y hasta he conseguido leer mientras ando. Siempre tengo un libro a
mano, por si acaso. No importa qué tipo de novela sea, ni cuántas páginas
tenga. Y sí me gusta de verdad, soy capaz de quedarme levantada hasta bien
entrada la madrugada para acabarla. Me da igual si al día siguiente no me tengo
en pie.

Mis pobres padres se deben de
haber gastado ya una fortuna en libros, y es que como dicen, parece que me los
coma con patatas. ¿Qué culpa tengo yo? No me puedo controlar. Es como si fueses
capaz de vivir mil vidas, sin repetir ninguna. Escaparme, sin realmente
desaparecer. Todas esas historias y personajes variopintos que han pasado entre
mis manos, se han convertido en parte de mí. Y es que me he reído, he
llorado y hasta he llegado a enfadarme. Sé que puede parecer raro, muy raro de
hecho, pero no sé por qué.
J.K. Rowling,
Lindsay Davis, Sophie Kinsella, Ken Follet, Federico Moccia, Camilla
Läckberg…todos ellos me han hecho pasar buenos momentos, algunos inolvidables,
gracias a sus palabras, a sus tramas enrevesadas, a sus finales épicos. Y algún día
me gustaría poder escribir, escribir de verdad. Crear personas y dibujarlas en
blanco y negro, contar su historia, como se entrelazan sus vidas, poder hacer
que la gente los comprenda y se sienta identificada con ellos. Que los amen,
que los odien, que se rían, que lloren, y hasta que se enfaden.
Pero por
ahora me limitaré a leer y a dejar la máquina de escribir de lado. Aunque
siempre me queda este blog, el principio de todo, mi pequeño rincón, sólo mío,
en este mundo tan grande. Ya llevo bastante escribiendo por aquí, casi un año
en realidad y creo que me ha ayudado mucho poder ser yo misma. No tengo miedo
de herir a nadie, de hacer daño, no me veo obligada a sonreír a todas horas y puedo
decir lo que pienso sin morderme la lengua. Y eso me gusta, me gusta mucho.
Aquí os dejo algunos de mis libros favoritos:





No hay comentarios:
Publicar un comentario