Como cualquier chica de hoy en
día, durante mi niñez me tragué toda la saga de princesas Disney. Desde
Cenicienta hasta Ariel, pasando por Blancanieves. Las he visto todas. Y varias
veces, mi hermano fue testigo y víctima. Pero es que a mí me encantaban sus
historias, ¿qué le íbamos a hacer? La princesa, el príncipe azul, y sobre todo
ese “Fueron felices y comieron perdices” final. Y ya está. La historia se
quedaba allí, reservando la continuación a tu imaginación infantil.
Entonces creces, y Disney deja de
ser tu mundo. Descubres que las princesas de verdad, las de carne y hueso, no
son como las de los dibujos. No, no tienen mucho que ver. Sí, sonríen como
todas, siempre encantadoras, perfectas a todas horas. Son superestrellas que ni
cantan, ni bailan ni actúan. Sólo sonríen. Ese es su trabajo, uno para toda la
vida.

Después de todo, puede que las
princesas no estén hechas para la vida real. Las que lo intentan, acaban
convirtiéndose en marionetas vacías, acosadas por tabloides sensacionalistas.
Una pesadilla, vamos. Y eso, los Grimm, nunca lo contaron. No, no recuerdo haber
leído que a Yasmín se la abuchease por la calle, que Mulán acabara estrellada
debajo de un puente parisino o que el príncipe engañase a Aurora. Eso prefirieron guardárselo, para no asustarnos.


Yo, por mi parte, me mantendré
alejada de palacio. No es unos de mis sitios favoritos, demasiadas corrientes
de aire, seguro. Y algún que otro fantasma rondando por los pasillos. Lo de ser
princesa, no me va. Me echarían a la semana. ¿O los echaría yo? No sé, eso de
acatar órdenes nunca se me ha dado bien ¿Por qué será? Así que ya tenéis una
rival menos, chicas. Mucha suerte a próximas princesas…del papel couché. Cazad
y llevaros a la cama al príncipe, pero después sonreíd a la cámara ¡eh! No se os vaya a
olvidar. Hasta pronto…
Admiro la manera en que escribes... hasta envidia me da...eh pero de la buena ok Deberías saber que siempre estoy pendiente de tus actualizaciones =)
ResponderEliminarPD. pásate por mi blog.... si quieres claro =)